Objetivo:
Indagar acerca de las enfermedades más habituales en los
aparatos relacionados con la excreción, cuáles son sus causas y de la manera de
prevenirlas.
¿Sabías que orinar mucho o poco puede ser indicador de
alguna alteración renal?
En condiciones normales, la cantidad de orina depende
de la cantidad de agua que se ingiere, del metabolismo, de la actividad física
y de la masa corporal. Las infecciones urinarias son procesos infecciosos de
las vías urinarias que producen inflamaciones de la uretra (uretritis), la
vejiga (cistitis) o los riñones (pielonefritis). En esta lección vas profundizar en las enfermedades del
aparato excretor, para prevenir su prevención. Para conocer más tipos de enfermedades posibles, también
puedes recurrir a Google, Kalipedia y Wikipedia. Las enfermedades del sistema excretor, con mayor ocurrencia son:
Cistitis:
Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con
infección o sin ella. Puede tener distintas causas. Los síntomas más frecuentes
son: aumento de la frecuencia de las micciones, presencia de turbidez de la
orina. La causa más frecuente de cistitis es la infección por Bacteria Gram
negativa.
Insuficiencia renal aguda:
Algunos problemas de los riñones ocurren rápidamente, como
un accidente que causa lesiones renales. La pérdida de mucha sangre puede
causar insuficiencia renal repentina. Algunos medicamentos o sustancias
venenosas pueden hacer que los riñones dejen de funcionar. Esta baja repentina
de la función renal se llama insuficiencia renal aguda.
La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida
permanente de la función renal. Pero si los riñones no sufren un daño grave,
esa insuficiencia puede contrarrestarse con una operación quirúrgica. En la
mayoría de los casos, la operación quirúrgica, es un trasplante renal, dejando
los que ya posee la persona y poniendo otro en la zona abdominal.
Cálculo renal:
Es la formación de piedras en el riñón. Estas pequeñas
piedras se pueden formar tanto en el riñón como en la pelvis renal por la
presencia de depósitos de cristales de oxalato de calcio trasportados por la
orina. Su aparición está asociada a un aumento del nivel de calcio de la
sangre, como cuando aparece un trastorno de la glándula paratiroides, o a
exceso de ácido úrico, provocado por una dieta inadecuada o por el consumo
excesivo del alcohol. Cuando son pequeños son evacuados por la orina sin problemas,
si son mayores en tamaño producen un gran dolor, el cólico renal, y si son tan
grandes que no pueden ser expulsados de forma natural, debe recurrirse a la
cirugía o a la litotricia, tratamiento en base a ondas de choque que pulverizan
las piedrecillas.
Tumor renal:
Los tumores del riñón pueden formarse a partir de cualquiera
de sus estructuras (parénquima, pelvis, cápsula) y estar constituidos por
proliferaciones celulares de cualquier estirpe (epitelial, conjuntiva
vascular...).
Uropatía obstructiva:
Entendemos por uropatía obstructiva toda la serie de
alteraciones y manifestaciones clínicas que se producen como consecuencia de la
obstrucción en algún punto de las vías urinarias. El aumento de presión en el
interior de dichas vías repercute en el parénquima renal, ocasionando una
atrofia progresiva del mismo.
Nefritis
La nefritis consiste en la inflamación de uno o ambos
riñones. Se ocasiona por la inflamación de diferentes tejidos del riñón como el
glomérulo, los túbulos o el tejido intersticial que rodea a estos órganos. Suele
estar asociada a diferentes clases de enfermedades autoinmunes. De hecho, la
Nefritis lúpica es una condición potencialmente grave en sí misma. Sus síntomas
pueden caracterizarse por la presencia de orina maloliente, dolor en la parte
baja del abdomen y sangre en la orina. Suele ser tratado con antibióticos pero
en aquellos casos en que la enfermedad es ocasionada por lupus, los esteroides
también pueden ser utilizados.
Nefrosis
La nefrosis o síndrome nefrótico es la inflamación de los
nefrones, es decir, la unidad básica de estructura y funcionamiento de los
riñones. Existen nefrosis leves y poco sintomáticas, pero en algunos casos
pueden hacerse complejas y destruir los riñones completamente.
Es ocasionada por la nefropatía membranosa, trastornos del
sistema inmunológico, problemas genéticos, malfuncionamiento renal, reacciones
adversas a medicamentos o por infecciones como hepatitis, mononucleosis o
faringitis estreptocócica. Esta enfermedad presenta hinchazón, proteína en la
sangre, altos niveles de colesterol y de triglicéridos. Entre sus síntomas se
presentan hinchazón en la cara, el abdomen, el brazo y las piernas, orina
espumosa, aumento de peso asociado a la retención de líquidos y pérdida de
apetito.
El tratamiento de la nefrosis consiste en atacar los
trastornos que la causan. Igualmente, es necesario cambiar la dieta del paciente,
por lo tanto, los niveles de colesterol y triglicéridos son controlados.
Piedras en los riñones
Las piedras en los riñones son depósitos de calcio que se
pueden ver en los nefrones. Estas suelen variar de tamaño y también pueden
bajar a las vías urinarias causando dolor extremo. Por otra parte, también
pueden infectarse ocasionando mayores complicaciones. La causa principal de
esta enfermedad es el cambio de los niveles de sales y minerales presentes en
la orina. Esto puede ocasionar coagulación y aumentar el tamaño de las piedras.
Sin embargo, también puede ser una condición hereditaria. Sus principales
síntomas son vómitos, náuseas, dolor al orinar, micción frecuente, fiebre,
escalofríos, orina maloliente, presencia de sangre en la orina y dolor agudo en
la espalda. El tratamiento de las piedras en los riñones consiste
principalmente en el consumo de grandes cantidades de líquidos para expulsarlas
a través de la orina. Por otra parte, este mecanismo suele estar acompañado de
analgésicos para calmar el dolor en el paciente.
Reflujo vesicoureteral
El reflujo vesicoureteral ocurre cuando la orina fluye de la
vejiga hacia los uréteres. Esta es una enfermedad que se presenta con mayor
frecuencia en los niños y con el avance de la edad se observa la reducción de
la misma. La causa de esta condición es la válvula defectuosa entre los
uréteres y la vejiga, un defecto que puede estar presente desde antes del
nacimiento. Sin embargo, también está causada por el bloqueo en el sistema
urinario o el mal funcionamiento del mismo. Sus principales síntomas son: dolor
y sensación de ardor al orinar, dolor en el abdomen, aumento de frecuencia en
la orina, pequeñas cantidades de orina y fiebre. El tratamiento para esta
enfermedad varía según su origen. Cuando está ocasionado por la falla en la
válvula, se repara con cirugía. En aquellos casos en que la causa es la
infección del tracto urinario, puede tratarse eficazmente con medicamentos.
Cistitis
La cistitis se refiere a la inflamación de la vejiga. La
mayoría de las ocasiones esta se ocasiona por una infección bacteriana y se le
considera como una infección del tracto urinario.
Sin embargo, también puede presentarse por una reacción
adversa a medicamentos, un uso continuado del catéter para el tratamiento de
otras enfermedades, otras enfermedades subyacentes o como consecuencia de la
radioterapia. Sus principales síntomas con la dificultad al orinar, orina
maloliente, dolor abdominal, orina turbia y sangre en la orina. El tratamiento
de esta enfermedad consiste usualmente en antibióticos para atacar a las
bacterias que ocasionan la infección. Sin embargo, también se debe eliminar las
demás causas que ocasionaron la inflamación en caso de que las haya.
Cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga ocurre cuando crecen incontroladamente
las células de la vejiga hasta producirse un tumor. Las causas del cáncer no
son claras, sin embargo, pueden citarse una serie de factores que aumentan el
riesgo de padecerlo en algún momento. Estos incluyen: tabaquismo, radiación,
infección parasitaria y exposición a sustancias carcinógenas.
Sus síntomas consisten en: dolor al orinar, dolor de
espalda, dolor en la región pélvica, necesidad frecuente de orinar sin
presencia de orina, micción frecuente y sangre en la orina.
El tratamiento del cáncer de vejiga es similar al de otros
cánceres que se producen en diferentes partes del cuerpo. Incluye radioterapia,
quimioterapia y cirugías. Esta secuencia se determina según cada caso y no
existe un tratamiento estándar aplicable a todos los pacientes.
Ureteritis
La ureteritis es la inflamación de las uretras, es decir,
los tubos que transportan la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Al
ser una parte del cuerpo tan expuesta a los elementos exteriores, la
posibilidad de infección es mayor que la de otros órganos del sistema. La causa
de esta infección usualmente está asociada a enfermedades de transmisión sexual
como gonorrea o clamidia. Sus principales síntomas suelen ser dolor muy agudo
al orinar, picazón en los genitales, dolor incluso sin orinar, dificultad en el
inicio de la micción, necesidad frecuente de orinar, sangre en la orina o el
semen y dolor en las relaciones sexuales. El tratamiento de la ureteritis es
principalmente antibiótico. Sin embargo, el microorganismo exacto que ocasiona
cada enfermedad es desconocido, por lo tanto, se usa un amplio espectro de
antibióticos para el tratamiento.
Estenosis uretral
La estenosis uretral consiste en el estrechamiento de la
uretra ocasionado por la cicatrización dentro de ella. Este fenómeno bloquea el
paso de la orina hacia el exterior y se presenta de forma más frecuente en las
mujeres que en los hombres. Esta enfermedad puede ser causada por la infección
del tracto urinario y las lesiones ocasionadas por la fractura de pelvis. Sus
principales consisten en dolor al orinar, reducción del flujo de orina,
retención de orina en la vejiga, necesidad de más tiempo para orinar, sensación
de nunca vaciar la vejiga y sangre en la orina. El tratamiento de la estenosis
consiste en un proceso de corte y eliminación a través de un láser. En casos
graves, usualmente es necesario hacer una reconstrucción de la zona afectada,
mientras que en casos leves la zona se cura de forma natural.
Uremia
La uremia consiste en la acumulación de sustancias tóxicas
en el flujo sanguíneo como resultado de la falta de un riñón que realice la
función de procesar y expulsar los desechos a través de la orina. Por lo tanto,
esta enfermedad puede estar ocasionada por cualquier condición que disminuya la
función renal. Es el caso de condiciones médicas como la enfermedad brillante,
la hipertensión crónica y la diabetes mellitus. Por otra parte, también puede
estar ocasionada por enfermedades que dificulten la correcta expulsión de la
orina. Por ejemplo, los cálculos urinarios o el agrandamiento de las glándulas
prostáticas pueden ser causantes de la uremia. Los síntomas principales de la
uremia son la fatiga y pérdida de concentración mental. Además, puede
presentarse picazón, espasmos musculares, piel seca, amarillenta y escamosa. La
boca tiene un sabor metálico y el aliento tiene un olor distintivo.
En las etapas más graves de la uremia, la acumulación de
productos de desecho dentro del flujo sanguíneo y en los tejidos, puede causar
un amplio conjunto de efectos.
Entre ellos se encuentra el edema, hipertensión, convulsiones,
insuficiencia cardíaca e incluso la muerte. El tratamiento de esta enfermedad
se basa en la identificación y la eliminación de la enfermedad o la causa
subyacente que la produce. En el caso de los pacientes que están esperando un
transplante de riñón, se combate a través de la aplicación de diálisis.
Prostatitis
La prostatitis consiste en la inflamación de la próstata.
Existen cuatro tipos diferentes de prostatitis: prostatitis bacteriana aguda,
prostatitis bacteriana crónica, prostatitis crónica y prostatitis asintomática.
Cada una de estas condiciones tiene causas y síntomas diferentes. La
prostatitis bacteriana aguda es causada por bacterias mientras que la
prostatitis bacteriana crónica puede ser ocasionada por diferentes infecciones.
Por su parte, la prostatitis crónica comparte muchos de los síntomas de la
prostatitis bacteriana aguda, sin embargo, no es ocasionada por bacterias. Finalmente,
la prostatitis asintomática se caracteriza precisamente por no tener síntomas y
sólo puede detectarse a través de una prueba de sangre.
Anhidrosis
La anhidrosis o hipohidrosis ocurre cuando el cuerpo humano
no puede sudar con normalidad, por lo tanto no puede expulsar sus toxinas de
forma normal. Cuando el cuerpo no transpira, no puede regular su temperatura y
esto puede provocar un golpe de calor que eventualmente puede llegar a ser
mortal. Sus causas pueden ser muy diversas. Entre ellas se encuentran algunas
lesiones de la piel, ciertas enfermedades como la diabetes o las reacciones
adversas a algunos medicamentos. Por este motivo suele ser difícil
diagnosticarla e identificar qué la ocasiona. La anhidrosis presenta síntomas
como mareos, calambres musculares, debilidad, enrojecimiento y sensación de
calor. Por otra parte, es necesario tener en cuenta que la falta de transpiración
puede presentarse de forma aislada en una sola zona del cuerpo o de forma
generalizada. Cuando la anhidrosis afecta sólo una zona del cuerpo no debe ser
motivo de preocupación. En estos casos las toxinas suelen ser evacuadas a
través del sudor de otras zonas, lo cual permite que ocurra la regulación de la
temperatura de forma casi normal. Sin
embargo, cuando existe anhidrosis generalizada, se puede poner en riesgo la
vida. En estos casos el tratamiento consiste en detectar y atacar la causa de
la enfermedad. Sin embargo, también se suele recurrir a recursos externos para
bajar la temperatura del cuerpo.
Hepatitis
El hígado es un órgano que cumple una función fundamental en
el procesamiento de toxinas dentro del organismo. Por esta razón, aunque no sea
propiamente un órgano excretor, se considera como una parte clave de este
sistema. La hepatitis consiste en la inflamación del hígado que generalmente
está ocasionada por una infección de tipo viral. Sin embargo, en otras
ocasiones también puede ser causada por condiciones congénitas, reacciones a
medicamentos o el consumo excesivo de ciertas sustancias como el alcohol. Entre
los síntomas de la hepatitis se puede encontrar malestar general, cansancio,
falta de concentración, fiebres hasta de 39º, dolor muscular, cefalea y
síntomas digestivos como falta de apetito, náuseas, vómitos y diarreas. Cuando
la enfermedad avanza, se presentan síntomas que dan cuenta de las fallas en el
procesamiento de toxinas. Por ejemplo, se puede presentar ictericia, que
consiste en la pigmentación amarillenta de la piel y las mucosas, al igual que
orina y heces de color oscuro.
Aparato excretor. Cómo cuidarlo.
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aparato excretor. Esto lo desarrollamos cuando hablamos de estilos de vida saludable, realiza tu aporte a través de comentarios de este blog.
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Estamos pocas semas de terminar el primer semestre, en la semana 17 se estará desarrollando una actividad de evaluación de contenidos en biología, los mejores puntajes de cada grado pasan a representar al grupo, en la gran final que se estará desarrollando en un evento especial en las primeras semanas del mes de junio. Mayor información en el colegio en las jornadas de trabajo.
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