Segunda Parte: Funcionamiento de los alvéolos pulmonares
LECTURA
Así vive un colombiano en China en ciudad cercada por el coronavirus - 25 de febrero 2020
En Wuhan se trata de acorralarlo.
Lo asechan en las calles, parques, farmacias, restaurantes y mercados para
evitar que continúe su propagación, pues la ciudad es el epicentro de una nueva
cepa del coronavirus, el cual traspasó sus fronteras y ya está en otros cuatro
países luego de que visitantes lo contrajeran allí y retornaran a sus lugares
de origen.
En sus calles existe un leve
miedo, cómo no tenerlo. Todo el mundo tiene en la mira a Wuhan, una ciudad
quizá desapercibida ante la majestuosidad de Beijing o Shangai, pero que para
los chinos es su propia Nueva York, con más de once millones de habitantes.
El colombiano Carlos Oliveros
desde hace seis meses hace parte de esta población y ha vivido en carne propia
cómo una noticia que parecía no tener mayor impacto en Wuhan, pasó a ser una
alerta mundial.
Este coronavirus también cambió
por completo su cotidianidad, no solo está esa incertidumbre de lo que pasará,
sino que ahora también están aislados por decisión del gobierno chino, el cual
busca las maneras de evitar más contagios.
Fue incluso antes de finalizar el
2019 cuando Carlos empezó a escuchar de una fuerte gripa que sacudía a algunas
personas en Wuhan en pleno invierno. Las lluvias son constantes y las
temperaturas alcanzan los cero grados durante las noches, por lo que esta
enfermedad parecía normal en su momento.
Pero los síntomas del brote
empezaron a asemejarse a los del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, en
inglés), virus que pertenece a una cepa de coronavirus que causó en el 2002 la
muerte de 349 personas en China y que se transmite de los animales a los
humanos.
A partir de ese instante, Carlos
fue testigo de la primera medida que se tomó para evitar una propagación de lo
que se pensaba que era el SARS: el cierre de un mercado donde se vendían
exclusivamente productos del mar, allí habría empezado el brote.
Tras los análisis de los primeros
infectados y también del lugar, los investigadores chinos identificaron que el
causante del nuevo brote infeccioso en humanos era un virus de esta familia del
coronavirus que no correspondía a los identificados hasta ahora y que su
propagación era de humano a humano, una infección totalmente nueva.
El hallazgo trastocó por completo
la cotidianidad en Wuhan, epicentro de este nuevo coronavirus que ya deja 25
muertos y más de 600 infectados.
Carlos cuenta que tras el 'boom'
de la nueva enfermedad, a su habitación en un campus de la Universidad de Wuhan
llegaron las autoridades sanitarias para leerle una serie de recomendaciones,
las cuales ahora están pegadas por toda la ciudad.
El uso del tapabocas se volvió
indispensable para todas las personas, a quienes -entre otras cosas- les
recomendaron evitar salir -en la medida de lo posible- de sus habitaciones y no
frecuentar lugares públicos donde se presente gran aglomeración.
Este bogotano, de 27 años, llegó
a la ciudad tras ganarse una beca en la maestría de Educación Superior en la
Universidad de Wuhan. En Colombia, el joven es egresado de la Universidad
Distrital, en Bogotá, donde estudió Licenciatura en Inglés.
El virus, manifiesta el
colombiano, llega en un momento de celebración en el país y cuando muchos de
sus habitantes recorren distintos destinos para festejar el año nuevo chino
este 25 de enero.
En Wuhan, dice Carlos, las calles
están algo desoladas, no solo por el temor a contraer el coronavirus, también
se debe a que muchos de los habitantes de la ciudad están en su pueblo de origen
esperando esta festividad.
Al ser una gran urbe, las
vacaciones se acabarían en solo una semana y se esperaría el regreso de miles
de personas al trabajo y a la universidad, pero no se sabe cuándo se levantaría
el aislamiento en Wuhan.
Por estos días, el colombiano
indica que es difícil movilizarse por Wuhan. Las estaciones de Metro están
cerradas y no hay transportes públicos en operación por decisión gubernamental.
Además, cuando se sale a la calle
para comprar víveres o medicamentos, hay en
prácticamente todos los
establecimientos máquinas que miden la temperatura de las personas, con lo que
se intenta controlar a posibles portadores.
Uno se queda con incertidumbre de
cómo empieza a evolucionar la cuestión. Hay que tener tranquilidad
“Hay unos escáneres en todos los lugares
públicos, cada vez que se entra a un establecimiento se pasa por uno de estos
medidores de temperatura corporal. Antes de ir a un lugar público le piden a
uno que pase por ahí. Siento que es algo similar al temor que se generó en
Colombia con el H1N1, pero acá sí que se toman medidas más serias, hay más
compromiso de las autoridades”, manifiesta el colombiano.
Pese a esa multiculturalidad y de
ser un destino importante, una de las medidas para controlar el brote es el
cierre del aeropuerto y, de hecho, se prohibió que cualquier ciudadano
"salga de Wuhan sin razones especiales" hasta nuevo aviso.
El colombiano añade que pasa sus
días en la habitación y también conoce que en los colegios se suspendieron las
clases y tomaron la opción de realizarlas de manera virtual.
Mientras tanto la Organización
Mundial de la Salud (OMS) busca este jueves 23 de enero un consenso para
declarar la emergencia sanitaria internacional por los avances del brote de
coronavirus.
Respecto a la celebración del año
chino de este sábado, el gobierno decidió no realizar los tradicionales
desfiles que se llevan a cabo.
Fragmento tomado de EL TIEMPO /CRISTIAN
ÁVILA JIMÉNEZ Redactor
Para realizar en el cuaderno:
Después de leer el anterior fragmento, escribe una experiencia personal o familiar, que hayas tenido, durante el año anterior, a causa del confinamiento por culpa del Covid.
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